martes, 29 de noviembre de 2016

RENDICIÓN DE ALEMANIA


El 4 de mayo de 1945, el mariscal británico Montgomery aceptó la rendición militar de todas las fuerzas alemanas que aún resistían en el norte y oeste de Holanda, el extremo noroeste de Alemania, comprendiendo a las guarniciones alemanas aún situadas en Dinamarca. Esta capitulación se celebró en el cuartel general británico situado en Lineburg, un área entre las ciudades de Hamburgo, Hanover y Bremen. Como el comandante operacional de algunas de estas fuerzas era el almirante Dönitz, él mismo señaló a sus subordinados de la zona que la guerra europea había terminado y no tenía sentido resistir. Mientras tanto, fuerzas navales británicas se lanzaban a la ocupación de Dinamarca con apoyo de la resistencia danesa, desarmando y apresando a las fuerzas alemanas que encontraron, sin hallar resistencia apreciable.
El 5 de mayo, Dönitz ordenó a todos los submarinos de la Kriegsmarine cesar las operaciones ofensivas y regresar a sus bases. El mismo día las fuerzas alemanas de Noruega se rendían en todo el país ante los británicos y la resistencia local. Ese mismo día estallaba la sublevación de la resistencia checa en Praga que ataca a las tropas alemanas que aún resisten en las regiones centrales de Bohemia, atrapadas entre las tropas estadounidenses y el Ejército Rojo.
Al día siguiente, 6 de mayo, se rendía la guarnición alemana de Breslavia al mando del general Hermann Niehoff; dicha ciudad de Silesia se hallaba cercada por tropas soviéticas desde mediados de febrero y las sucesivas ofensivas del Ejército Rojo la habían alejado paulatinamente del territorio bajo control nazi.

A las 02:41 de la mañana del 7 de mayo de 1945, en los cuarteles de la SHAEF en Reims, Francia, el Jefe del Estado Mayor del Alto Mando de las fuerzas armadas alemanas, el general Alfred Jodl, firmó el acta de rendición incondicional para todas las fuerzas alemanas ante los Aliados.2 Esta incluía la frase «todas las fuerzas bajo el mando alemán cesarán las operaciones activas a las 23:01 horas, hora de Europa Central, el 8 de mayo de 1945». Tales palabras no hacían diferenciación entre las fuerzas de la Wehrmacht que luchaban contra los aliados occidentales o contra los soviéticos, por lo cual se infería tácitamente que ponía fin a toda resistencia alemana dondequiera que la hubiera.

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